lunes, 17 de agosto de 2015

De mano de la Luna

Cómo ríe la vida
si tus ojos negros
me quieren mirar.

La dama de noche - Viviana Rivero


Lunes por la noche. Hoy fue feriado, así que la rutina comenzará mañana. Me acuesto temprano, cargando pilas para la semana, y en cuanto mi cabeza se apoya en la almohada tu nombre resuena en mi mente. Es así, todas las noches igual, no es que no te piense durante el día, claro; pero cuando me voy a dormir es cuando llegas vos y todos tus recuerdos, todos más nítidos.
Muchas veces -por no decir casi siempre, o siempre- con tus recuerdo nada más no me alcanza, y es entonces cuando comienzo a imaginar situaciones hipotéticas, perfectas... Comienzo a imaginarme cómo hubiese sido todo si no hubiésemos llegado tarde a nuestras vidas; y mi mente vuela lejos, a ese día que te conocí porque interrumpiste mientras hablaba una amiga, entonces giré para verte y lo único que vi fueron esos hermosos, gigantes y pequeños ojos negros que parecen esconder todo un mundo dentro, en los que me hundiría lentamente sin ningún tipo de problema, pero alguien ya lo hace por mi... Ese pequeño detalle de tu vida que cuando te conocí olvidaste mencionar, y como una tonta me deje enamorar... ¿Adivinen quién se dio contra una pared cuando volvió a la realidad?

Pero lo extraño es cómo mis días, después de conocerte, de repente coincidían constantemente con vos. Lunes, jueves, nuestra rutinaria vida de colegio nos dejó saber cuándo nos cruzaríamos. Y entonces me vuelvo a cruzar con esos ojos, que parecen comerte solo con la mirada, que aunque parezca extraño, la siento incluso antes de saber que estas ahí; por que siempre es así, siendo tan distraída probablemente no te vi, pero, como si alguien o algo me llamara, me doy vuelta y estas ahí, mirándome. ¡Y porqué dicen que las mujeres somos difíciles de entender! Si con vos todo es al revés, y me confundís tanto. Y así y todo, sos tan distinto que me encantas. Pero -siempre, siempre un pero-, ni yo me merezco alguien que me tenga como segunda opción, ni tu novia que la engañes, eso es lo que me obligo a pensar y me ayuda a saludarte con un simple hola, sin demostrar que por dentro me desarmas. ¿Sos algo así como un amor platónico? Supongo, igual, espero que se me pase pronto, si es que se puede.

domingo, 2 de agosto de 2015

Camaleón

Encontrarse. Encontrarte. Encontrarme. Pretendo encontrar alguien que me complemente, cuando ni siquiera me encontré a mi misma. Hoy soy una versión de mi, mañana soy otra completamente distinta.
Hoy no quiero salir de mi casa, mi café y este libro es la mejor compañía que puede existir.
Mañana saldré y no volveré a mi casa hasta las 8 de la mañana, pasada en alcohol, pero no en drogas.
Y pasado mañana tendré ganas de ser más rebelde aún, y capaz quiera probar esa droga de la que todos hablan, pero al final no me animo, termino con mas alcohol de la cuenta una vez más.
Y es así, días en los que pienso ¡SOY JOVEN! Tengo que vivir. Y de todas las formas posibles. Entonces hay mil Rocios en mí, porque con una no me alcanza, quiero vivir todo ahora, quiero disfrutar a pleno, y me pierdo en el camino. Me pierdo porque así nunca me encuentro. Ni siquiera encuentro explicación para esos cambios tan repentinos de actitud; porque posiblemente hoy me hunda, toque fondo, pero entonces me sirve para tomar envión y saltar, y mañana saldré a comerme el mundo, con los ojos achinados, la sonrisa desplegada, la melena despeinada, la actitud exagerada.
¿Bien o mal? No lo sé, posiblemente me arrepienta de algunas cosas, pero después ya no me importa mas. Solo se trata de vivir. De vivir y dejar vivir. Al final, la vida está compuesta de recuerdos, en unos cuantos años, cuando por fin sepa quién soy, seguramente me reiré de mí misma, como siempre, y si al menos me saca una sonrisa, entonces no puede estar del todo mal.